miércoles, 8 de mayo de 2013

Lo que el viento se llevo

Mi película favorita

O una de ellas al menos. Recuerdo bien la primera vez que la vi, tuve la suerte de hacerlo en el cine, con descanso justo después de que levantara el puño y jurara poniendo a Dios por testigo. Los cines reponían las películas, cosa que seria impensable hoy en día.



El rodaje de Lo que el viento se llevó ha pasado a la historia por ser uno de los más tumultuosos. Margaret Mitchell escribió una exitosa novela cuyos derechos adquirió David O. Selznick.

Tras algunas negociaciones los actores principales ya estaban todos escogidos 

¿Todos? No, todos no, no terminaban de encontrar a la actriz que encarnase a Escarlata. Actrices como Barbara Stanwyck, Lana Turner o Bette Davis entre otras fueron descartadas para el papel así que comenzaron por rodar las escenas en las que el personaje principal no aparecía. Esta última jamás supero el no ser ella la protagonista a pesar de darnos también unas fantásticas actuaciones.


Una de estas escenas fue el incendio de la ciudad de Atlanta, cuando la estaban filmando una de las personas que estaban por allí acompañando a su hermano era una jovencísima Vivien Leigh


Cuentan que las llamas reflejadas en sus ojos encandilaron a Selznick que supo al instante que había encontrado a la Escarlata perfecta.

Fueron varios los directores que tuvo la película; George Cukor, Victor Fleming y Sam Wood. Cukor rodó gran parte del film pero su relación con Clark Gable jugó en su contra y la influencia del actor consiguió que fuera reemplazado.


Fue Fleming quién se hizo cargo del proyecto y a quién debemos la impresionante escena de miles y miles de soldados heridos en la estación de Atlanta (en una época sin ordenadores se utilizaron cientos de extras para poder conseguir el efecto deseado). Sin embargo Victor abandonó por una fuerte depresión y Sam Wood le sustituyó.




Un detalle curioso es que la famosa escena de Escarlata, al atardecer, desesperada, jurando, se rodó al amanecer. Dicen que Selznick obligó  a Vivien Leigh a madrugar para rodar la escena con los primeros rayos de sol durante quince días seguidos, impidiendo que durmiera suficiente durante ese período con lo que la actriz estaba realmente desesperada por el cansancio.



Vivien Leigh no rodó muchas películas ya que se centró es su faceta teatral junto al que era entonces su marido, Lawrence Olivier, pero sin duda,  es una de las mejores actrices que ha habido y sus interpretaciones son magistrales. 

Su Escarlata está llena de matices, sus ojos expresan un sinfín de emociones y consigue que amemos y odiemos a Scarlata a partes iguales. Ninguna otra actriz podría haberlo hecho mejor porque ella era el personaje, no se limitó a interpretarlo, se convirtió en ella.

Con Clark Gable no tuvo una buena relación, de sobra conocidos son sus enfados porque su personaje era menos protagonista, las disputas se fueron incrementando a medida que la película avanzaba.


A pesar de esto, la profesionalidad y el talento de todos ellos hizo posible la que es sin duda, una de las mejores películas que existen. 


Interpretaciones de quitarse el sombrero, una historia apasionante y una banda sonora cuyos acordes son universalmente conocidos y que debemos a Max Steiner.

Arrasó en los Oscars, haciendo historia al conseguirlo por primera vez  una actriz negra, Hattie McDaniel.

Y para terminar, que mejor que dejar que la propia Escarlata se despida ... pincha aquí


By Unaranaenelzapato

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